
¿Qué clase de ser habla del Romanticismo sin nombrar a Schiller y a Don Carlos? Espero que ninguno xd.
Esta obra teatral nos cuenta la historia de Felipe II, Isabel de Valois y el infante Don Carlos, pasando de ser un drama familiar a uno político. El infante se enamora de Isabel, y viceversa, pero no podrán estar juntos, porque ella es la mujer de Felipe II, el padre de Carlos. Por otro lado, tenemos al Marqués de Poza, que tenía como objetivo primordial liberar a Flandes de la opresión de los Países Bajos. Al final, el Marqués muere, la reina muere y Carlos muere, más o menos como La matanza de Texas.

Vamos a empezar hablando de la relación padre e hijo, porque es un poco estrambótica. Felipe II es de todo menos padre, se centraba más en gobernar y en mantener su poder que en ejercer el papel más importante, y ELEGIDO POR VOLUNTAD PROPIA, ocuparse de Carlos. Este es el típico caso en el que te preguntas, ¿por qué la gente decide tener hij@s cuando no los cuidan? Ya, ya, no me digas que si el heredero, que si el reino, porque eso solo es una justificación cutre para tener hij@s y luego obviar su existencia.
Lo triste es que, a día de hoy, esto sigue sucediendo, y no tiene que ser estrictamente cosa de la realeza, hablo de esas personas que no están en condiciones de tener a un ser humano, o bueno, a ningún ser vivo, a su cargo, esas personas que saben desde el principio que no son estables económicamente, o incluso mentalmente, ojo, no hablo de momentos o patologías puntuales, porque no nos engañemos, nadie es estable siempre, me refiero a esa gente que no quiere cambiar su estado.
Me hace gracia ese laaargo proceso que tienen que pasar las parejas para adoptar, que si pruebas para ver como tienes el coco, que si 400 viajes antes de adoptar, que si cuánto cobras, vamos, que si no eres un millonario con una salud mental espectacular, no adoptas. En cambio, cuando una pareja decide tener hij@s biológic@s, ¿se tienen en cuenta factores como su estado anímico o su economía? ¿Debe ser una relación estable en la que no haya ningún tipo de maltrato? ¿Debe ser una pareja que no esté al borde del divorcio? La respuesta es NO. ¿Por qué no se hace un estudio a esas parejas? Y sí, sí se puede regular, joder, si ahora nos controlan hasta lo que hablamos con nuestra madre, otra cosa es que no quieran, porque supondrá un graaaan gasto económico. Ahora es cuando me pregunto, ¿de verdad se antepone el coste que pueda tener el controlar a aquell@s que quieran tener bebés a la vida de esa personita que crecerá en una familia desestructurada? Al parecer sí.

“El príncipe de Asturias”, Alonso Sánchez Coello

“Felipe II”, Juan Pantoja de la Cruz (copia).
Felipe II no abandonó a Carlos físicamente, pero sí lo hizo mentalmente, más que una familia parecían dos amigos enfadados, y a pesar de que el infante demandaba el cariño que necesitaba, el rey no cedió, cosa que sigue sucediendo a día de hoy. Si no vas a cuidar a tus hij@s, ahórrales ese sufrimiento, y no los tengas.
Hablemos ahora del enfrentamiento entre el Absolutismo y el pensamiento romántico. El marqués de Poza es lo que conocemos hoy en día como antisistema, es decir, yo. Vale, olvida eso, prosigamos. El marqués es un fiel defensor de la democracia y de la libertad, por lo que va en busca de la liberación de Flandes; pretendía contar con la ayuda de su amigo, Carlos, pero no nos olvidemos de que el reinado de su padre, Felipe, estaba asentado en las bases del Antiguo Régimen, se trataba de un sistema Absolutista.
El marqués le confirma a Felipe II que es él quien está enamorado de Isabel, y como la democracia no es compatible con el absolutismo, le pega un tiro, y el marqués se va con los angelitos. Ya sabemos que esto era una mentira que tenía el objetivo de proteger a su mejor amigo, el infante. A cambio de tan gran sacrificio, este tendrá que cumplir el propósito del marqués, liberar a Flandes, teniendo que enfrentarse al sistema de su padre.
Yo no tengo tan claro que el marqués era un buen amigo, ¿se sacrificó por Carlos, o se sacrificó para que otro cumpliera su cometido? No sé, todo depende de qué tipo de pensamiento tengas, ¿eres de esa gente que va a muerte con sus amig@s, o de esa que tiene más ego que un cantante de reggaetón? Piénsalo.
Veremos ahora el papel de la religión en un sistema Absolutista. Tras todo el drama que se monta, Felipe se entera de la verdad, que su hijo está liado con Isabel, y pasa de ser un drama a ser un dramón, y como en toda historia de este calibre, aparece un inquisidor que no pinta nada, pero bueno, el caso es que está. Es una aberración de la naturaleza que una niña de 14 años se sienta atraída por un niño de 15, pero no lo es que la de 14 esté casada con uno de 40, di que sí señor inquisidor, con un par…
La monarquía siempre ha ido de la mano de la Iglesia, sin un rey no es factible un Papa, y sin un Papa no es factible un rey, porque son dos instituciones que se sostienen, o caen o se mantienen a la vez, y esto sucede desde Osiris. La monarquía se empeña en justificar todo tipo de actos en nombre de la Iglesia, incluido el por qué el rey es rey, y como la Iglesia miente más que habla, pues ya está, el dúo perfecto.

“La Gloria”, Tiziano.
Al final la responsabilidad recae sobre el inquisidor, porque él es tan especial que puede hablar con Dios, y Dios le dice que está muuuy mal que una madrastra esté de lío con su hijastro, pero, ¿no dice nada de que ambos tengan la misma edad? ¿Se ve bien que una cría se vea obligada a contraer matrimonio? A mí hay algo que no me cuadra mucho, y es que en lugar de juzgar la pederastia, se juzgaba un romance completamente normal entre dos adolescentes. Así, Su Majestad el rey siguió gobernando, y ya te podrás imaginar como fue el final de Isabel y Carlos.
Ha sido todo un reto escribir sobre esta entrada, ya sabes, esos bloqueos mentales que surgen de la nada, pero bueno, no me defrauda el resultado jeje. Me parece impresionante como Schiller se ha inspirado en personajes y circunstancias reales para desarrollar esta obra, aunque tengo que decir que no ha sido de mis lecturas favoritas, creo que se puede notar xd. A pesar de esto, es innegable la capacidad del autor para transformar eventos reales en teatro, y por ello, no puedo decir que no soy fan de Schiller.