
Holaaa, que levanten la mano los fans de Larra ( – Levanta la mano sin que parezca un saludo a la romana).
Mariano José de Larra fue un escritor, periodista y político español. Sus escritos se caracterizan por la presencia de la sátira o de la ironía, vamos, que se mete con todo lo que ve. Sí, más o menos como yo, solo que él sabe hacerlo con propiedad, y yo solo tengo los niveles de paciencia un poquiiiito bajos, pero eso es otro tema que a nadie le interesa, mejor vamos a empezar con Larra.
El café.
En este artículo Larra va a una cafetería, y se dedica a escuchar las conversaciones de los demás. En una mesa se está hablando de la derrota naval turcoegipcia, y en la otra, hablaban de los diarios.
Os habréis dado cuenta de que, al inicio del artículo, Larra afirma que necesita saberlo todo, y yo quería darle la bienvenida al C.A.P. (club de ansiosas y ansiosos patológicos). Es broma jeje, (o no).
Me ha hecho mucha gracia la forma en la que el autor hace una súper crítica al capitalismo, aunque no estoy segura si es directamente al capitalismo o a los pijos (párrafo 2).
No podría estar más de acuerdo con este señor; en su época, lo guay era llevar joyas, y fumar tabaco, MUCHO TABACO, y luego dicen que la tasa de mortalidad era muy alta, pues normal. Ahora para ser guay necesitas el último modelo de teléfono móvil, con manzanita siempre, una cuenta de Instagram en la que crear la vida que te gustaría tener, pero que no tienes porque eres pobre XD, las últimas zapatillas, en rojo, negro, morado y amarillo. Creo que eso sería todo lo necesario para triunfar en la vida, de nada.
El consumismo es tan frecuente que ya no nos sorprende, pero lo peor de todo es lo que hay detrás, ¿alguna vez te has parado a pensar en la cantidad de personas explotadas que hay para que tú puedas gastarte medio sueldo en cosas que no necesitas? No nombraré marcas, ni tiendas, pero estoy segura de que se te viene alguna a la cabeza.
Sinceramente, no creo que sea algo tan complicado, si sabes que no lo necesitas, no lo consumas, si es que todo son desventajas; contribuyes al calentamiento global, haces millonari@s a l@s millonari@s y participas en el abuso al trabajador y a la trabajadora. Sé que esto es lo que menos le importa a la gente, puede que funcione mejor si digo que estás perdiendo dinero de forma absurda. Creo que tenemos un problema muy grande a nivel social con este tema, pero como suele decirse, “la sociedad avanza”, hacia atrás.
Cambiando de tema, me he fijado en que el hombre que se empeña en criticar al escritor del periódico no deja de repetir la frase “si yo escribiera…”, joder tío, pues escribe, ¿o es que no sabes? ¿Diosito no te ha otorgado ese privilegio? Me cabrea mucho esto, porque todo el planeta cree que escribir es fácil, piensan que solo tienes que ponerte delante de un papel, y que mágicamente aparecerán las ideas en tu cabeza, y no. Empecé a escribir artículos con 11 años, y ya con esa edad tenía bloqueos; 7 años después, me sigue pasando, incluso con más frecuencia que antes, y es lo más normal del mundo. He tardado unas tres semanas en escribir esta entrada, porque no tenía ideas, y es muy triste, porque empiezas a dudar de tus propias capacidades, y así sucede con cualquier disciplina artística.
Así que, querido hombre que no conoceré jamás (y menos mal), y queridas personas con las que me he cruzado alguna que otra vez, no volváis a menospreciar a los escritores y escritoras si no tenéis conocimiento alguno de lo que significa serlo. A ver, que yo lo digo por vuestro bien, no creo que os hiciera gracia que alguien como yo escribiera un artículo hablando de vosotros, porque podría caeros de todo encima. Como dirían mis profesores de la E.S.O., no es amenaza es advertencia.
Yo quiero ser cómico.
Un chaval con bastantes pocas luces se planta en la casa de Larra (Fígaro), pidiéndole que le recomiende para “trabajar” como cómico. Tras un interrogatorio, Larra accede, sabiendo que, en realidad, el chaval no sirve para ser actor.
El autor está haciendo una crítica al teatro español, pues en su época no se exigía que los actores tuvieran una formación en campos como la historia, la literatura o la expresión oral. Claro está que la persona con la que habla Larra en el artículo no tenía ningún tipo de conocimiento, y mucho menos memoria.
Es tan surrealista que ni siquiera a Dalí le haría gracia. Si eres influencer, es muy probable que subiendo un Tik Tok te inviten a grabar un documental sobre tu vida, o a participar como actor/actriz en alguna película, para que puedas decir que eres igual que Brad Pitt. Creo que se debería tener en cuenta a aquellas personas que están estudiando actuación, y quitarle protagonismo a aquellas que están rodando películas por la cara, porque cada vez veo más similitudes entre la crítica de Larra y nuestra realidad actual. Pero como suele decirse, “la sociedad avanza”, hacia atrás.


El casarse pronto y mal
En este artículo, Larra habla de muchas cosas en poco espacio. Primero, nos cuenta como fue la educación conservadora que recibió su hermana, después, nos explica de qué manera educó ella a su hijo, y por último, habla de las consecuencias que traen las relaciones amorosas entre adolescentes.
Este ha sido uno de mis artículos favoritos, supongo que porque me gusta meter cera, igual que al tal Larra.
Empezamos con una crítica la educación conservadora que recibían los jóvenes en España; ya sabemos que aquí todo ha girado en torno a la Monarquía, y a la Iglesia, instituciones MUUYY conservadoras (en el peor de los sentidos). Esta educación no permitía a l@s niñ@s pensar libremente; qué vives en la calle, “pídele a Dios”, qué te han echado del trabajo, “Dios aprieta, pero no ahoga”, qué no tienes dinero para alimentar a tus hij@s, “reza al Señor”, qué estás probando remedios naturales para curar la enfermedad de tu abuela, “a la hoguera”, y podría estar así 30 horas.
La hermana de Larra, que ya no soportaba esto, cría a su hijo en Francia, siguiendo los ideales de la Ilustración, ¿de la qué?, deja que te explique. El movimiento ilustrado (S.XVIII) afirmaba que la razón y el progreso debían ser la gasolina nuestra vida. A ver, el concepto en sí no está mal, o sea, ¿te imaginas que toda la población usara el cerebro de vez en cuando? Sería espectacular. Pero ya sabemos que no pasará, mejor vamos a continuar. Tal y como nos lo plantea Larra en su artículo, no sé si lo ve como algo malo o como algo bueno, y como no lo sé, no voy a arriesgarme jeje.

“Lectura de la tragedia El huérfano de la China, de Voltaire, en el salón de madame Geoffrin”, Anicet Charles Gabriel Lemonnier.
Me considero una persona muy liberal en todos los aspectos posibles, y siempre he estado a favor del movimiento ilustrado, pero, tras leer este artículo, mi concepción ha cambiado (pero no mucho, sigo siendo cabezota). La “excesiva libertad” también puede traer problemas (no voy a ponerme a hablar de otros ámbitos, porque sino no acabo, solo me centraré en la adolescencia), por lo que creo que es necesario marcar unos límites, por el simple hecho de que el cerebro adolescente no está formado; sabía yo que las explicaciones de mi psicóloga iban a servirme para algo en algún momento. Resulta que la “parte racional” del cerebro no se forma hasta una determinada edad, es por esto que, much@s adolescentes, tienen problemas a la hora de manejar sus emociones.
Está bien educar a tus hij@s en la libertad, pero, como adult@ racional (que se supone) que eres, deberías enseñarles a manejarla. Esto es lo que no hizo la hermana de Larra, no trazó los límites necesarios, y cuando su hijo vio la oportunidad, hizo wiiii, y así de mal acabó el tema. Tampoco la culpo, entiendo que si te has educado en una “dictadura”, será difícil criar en una “república de izquierdas.” Como se suele decir, la intención es lo que cuenta.
¿Quién no ha tenido nunca una relación tóxica? Seamos sinceros, la relación de Augusto y Elena empezó mal, y acabó peor. Vemos un claro problema de idealización, esa idealización que surge en los primeros 6 meses, cuando piensas que esa persona es perfecta, que no tiene defectos, que os casaréis, comeréis perdices y seréis felices hasta que la muerte os separe, amén. Perdón, me he flipado. Ejem, seguimos. Este “problema” aparece a cualquier edad, bueno, en realidad, el problema es que hacemos de la idealización un problema, y es aquí cuando debe intervenir nuestra parte racional; “vamos a ver, he conocido a esta persona hace dos meses, nos hemos visto 5 veces, ¿CÓMO VOY A PENSAR QUE ME CASARÉ CON ELLA?” Qué fácil parece, ¿eh?
Si esto te pasa con 30 años, imagínate con 16. Ese primer amor, el romance adolescente que ves en las pelis’ americanas, tu primer beso, tu primera cita, hostia, es que tus hormonas están volando, normal que idealices. He aquí el problema, el/la adolescente se siente como el mismísimo Freddie Mercury en el Live Aid cuando dice que tiene novi@. Posiblemente dejará de lado a sus amig@s para pasar tiempo con esa persona especial, dejará de ir a clase porque los horarios no coinciden, estará 27 horas al día mirando el whatsapp, se hará selfies con caras extrañas para impresionar a su amorcito, y se aislará de su familia, vamos, que no habrá nada ni nadie más importante que su chic@.
Después de un año de adrenalina, algo empieza a ir mal, discusiones, celos, pérdida de interés, SORPRESAA!!!, tu cerebro ha dejado de generar 80 litros oxitocina. La relación se va apagando, cada vez más celos, más discusiones, menos oxitocina, en fin, una catástrofe. Un día se termina esa relación (¿o esa idealización?), y te encuentras sin amig@s, sin familia, sin estabilidad, y lo peor de todo, sin ti, porque te has perdido en un cuento de hadas que habías imaginado, estabas viviendo el sueño de tod@ adolescente, eras la envidia de cualquiera (o eso pensabas), y resulta que ahora te alimentas de lorazepam y pagas 70€ a la semana para que una persona te ayude a equilibrar tus químicos cerebrales. Y eso en el mejor de los casos, si no pregúntale a Augusto y a Elena, en la ruina y con tres hijos, Augusto acusado de asesinato y Elena lanzándose al vacío. Una carta que la hermana de Larra recordará toda la vida, unos niños huérfanos, dos educaciones mal planteadas, ambas por extremos.

“El suicidio de Dorothy Hale”, Frida Kahlo.
Y ahora es cuando me pregunto, ¿Quién tuvo la culpa, la Ilustración o el movimiento conservador? Si la madre hubiera educado a Augusto en una dictadura, ¿habría tenido otro final? ¿Hubiera sido feliz?
No fue feliz con una educación ilustrada, y no lo habría sido con una conservadora, porque el sistema estaba mal planteado. Fue víctima del atraso que había en España; su madre sufrió tanto que tuvo que pasarse al extremo opuesto para evitar que sufriera lo mismo que ella, y es muy posible que fuese ese sentimiento de impotencia lo que provocó la excesiva libertad que le brindó a su hijo.
Una consecuencia más de la desastrosa gestión que se ha hecho en España, desde la Prehistoria hasta el día de hoy. Porque estamos de acuerdo en que nuestro sistema educativo es de los peores de Europa, ¿no?

“Condenados por la Inquisición”, Eugenio Lucas Velázquez.
Déjame decirte que ni los conservadores ni los ilustrados pensaron en las consecuencias de sus respectivas creencias, no pensaron en la salud mental, y por mucho que te duela, no me sirve de nada saber rezar el rosario o ser una experta en filosofía si no sé controlar “lo de dentro.” Y es que, nuestro sistema actual hace lo mismo que se hacía, nada. No voy a ponerme a contar mis dramas ahora, pero por experiencia propia puedo decir que este sistema no está adaptado a las personas con cerebros diferentes, que le cuentas a la directora que sufres acoso escolar y se la pela, que te enseñan a hacer integrales, pero no sabes hacer tu currículum.
Primero aprendimos a rezar, después a ser filósofos, y ahora aprendemos a ser robots, porque para eso nos “educan.” Pero bueno, como suele decirse, “la sociedad avanza”, hacia atrás
Mariano José de Larra acabó con su vida a los 27 años, entre otras cosas por una ruptura. Que curioso que, tras haber descrito la inconsciencia de los jóvenes cuando se enamoran, fuese él quien tomó esa decisión, por el mismo motivo. No cabe duda de que este hombre tenía una inteligencia suprema, pero no supo gestionar su malestar emocional. Creo que todo queda dicho.
Para mí, este escritor siempre será un referente, y me habría encantado ver su evolución en el ámbito periodístico, pero, como se creía en la época de Shakespeare, el genio siempre será un melancólico, porque será capaz de ver más allá de lo visible.
Larra era un genio y tú una genialidad. Me encanta la entrada. Estamos inmersos en un mundo tan caótico que no nos damos cuentas de lo que verdad importa, y así nos va. 🤸♀️