
El viernes pasado fui con mis compañer@s a ver Siete maneras de ser Hamlet, del actor, autor teatral y director Josep Pere Peyró. Nos explicó de una forma un poco peculiar 7 de las formas en las que se han hecho las representaciones teatrales a lo largo de la historia.

Me gustó mucho la estructura del monólogo, porque sí, Josep era el único actor, aunque tampoco le hacía falta más gente en escena.
En primer lugar nos hizo un resumen de Hamlet, de William Shakespeare, cosa que tiene bastante sentido si eres alguien que no ha leído esta obra. Personalmente se me hizo un poco pesada esta parte, porque he estudiado este libro más de una vez, pero si ese no es tu caso, lo agradecerás después jeje.
Tras esto, nos explicó un poco la dinámica del espectáculo, y menos mal, porque sino me habría perdido, fijo. Aunque ahora tengo que criticar algo que me tomé personal, y es que nos dijo que no entendía las coreografías de contemporáneo, a la vez que nos afirmaba que para entender su obra tenías que tener un coeficiente intelectual más bien alto, ejem, puede que ese IQ taaan elevado sea más necesario para entender una pieza de danza que para entender una obra teatral. Es broma (o no). Llevo bailando desde los 6 años, y admito que ni siquiera yo entendía mis primeras coreos’ de contemporáneo, “Metamorfosis” decía mi entrenadora, y yo me quedaba con cara de circunstancia, o sea, señora tenía 11 años, ni siquiera entendía por qué un delfín es un mamífero. Sí, los bailarines y bailarinas somos un poco rarit… ¿originales? Más o menos como los dramaturgos, al final tenemos una forma parecida de ver el mundo, y el arte. Ambos vivimos por y para la escena, para interpretar nuestros sentimientos delante de un público, y sobre todo, tenemos un medio de liberación, de obviar todo lo que sucede a nuestro al rededor, de sentirnos libres en un escenario, o en nuestra casa, a pesar de que, en ocasiones, sintamos lo primero como lo segundo. Solo nosotr@s sabemos lo que se siente cuando pisamos un escenario, y eso es algo que no podemos explicar con palabras. Es de esas cosas que tienes que vivir para entender.
Después de esa brillante introducción, comenzó lo bueno. Nuestro actor ironizó siete técnicas de actuación, cosa que me gustó mucho, porque pa’ irónica yo xd. Mi representación favorita fue la de la comedia francesa, o debería decir Comédie-Française, porque fue la más obvia, y las obviedades me hacen mucha gracia. Y me refiero a que comenzaba una frase, y tras unos pasitos, la terminaba, porque nuestros amigos los franceses no tenían la capacidad de hablar y moverse al mismo tiempo, aunque tampoco les juzgo, porque yo tampoco sé hacerlo. ¿Cómo hace la gente para explicar algo mientras anda? Yo que sé. Creo que soy una francesa en potencia.
En contraposición, tenemos la representación española, que fue otra de mis favoritas; contraposición porque Francia está picada con España, y ni hablar de España con Francia, pero vamos, que la forma de actuar eran igual de malas. El caso es que cuando le preguntas a un español por la literatura su país, siempre sale Lorca, aunque no sepa quién es, Lorca siempre va a salir en la conversación, y lo sabes, y esto es una de las cosas que ironizó Josep. No vamos a negar la versatilidad de Lorca en lo que a escritura se refiere, pero tampoco vamos a negar que ha pasado a la historia por su trágico final, y no tanto por sus obras. Si te paras a pensar en toda la gente que te ha hablado de este escritor, ¿en qué se centran? En su homosexualidad, o en su fusilamiento, y esa conversación se acaba convirtiendo en un complot contra la dictadura franquista, cosa que tampoco me parece mal porque soy yo la que organiza ese complot, pero no en ese contexto, porque a Francisco Franco lo conocemos tod@s, pero a Federico García Lorca se le conoce por su muerte, ¿en serio vamos a seguir dándole protagonismo al bajito del bigote? Si se habla de la obra de Lorca, se habla de su genialidad escribiendo, pero no de datos que involucran a otro tipo de seres, porque así solo le quitamos protagonismo a quien realmente lo merece.
Hablemos ahora de ensaimadas, sí, ensaimadas. Resulta que Josep Pere Peyró es mallorquín, a ver, tampoco es necesario ser un genio para saberlo, solo mira su nombre. ¿Y qué tendrá que ver su lugar de origen con esta obra? PUES MUCHO. Me gusta la gente que se ríe de sí misma, o de cosas por las que se les conoce, y en este caso la existencia de Mallorca se reduce a las ensaimadas, pues como la paella en Valencia, o nuestro preciado cocido. Creo que esto fue lo que más me gustó de la función, porque nos demostró que es posible reírse de cosas que a simple vista parecen banales, y que además se integran en el contexto de la función.
Ahora me gustaría hablar de la rueda de prensa que le hicimos al finalizar la obra, se notaba la presencia de nuestros compañeros de periodismo. Me gustó mucho la disposición del actor, porque se sentó en medio del escenario y nos dio la oportunidad de preguntar dudas o curiosidades que nos habían surgido tras ver la función. A pesar de que no nos conocía de nada, respondió todas nuestras preguntas, incluso nos habló de temas personales que no voy a poner aquí porque nunca he sido de contar cosas que me cuentan. Lo sentí una persona muy cercana, y muy humilde, pero lo que él no sabe es que había varios fans de su trabajo entre el público, y que nos diera la oportunidad de hablar con él fue algo maravilloso para much@s.
También tengo que decir que me gustó tanto que, al día siguiente, les regalé dos entradas a mis padres, porque yo decía “joder, no pueden quedarse sin ver esta maravilla”, fueron el domingo, y les encantó, ahora esta obra es nuestro tema de conversación.
Nos hemos acostumbrado tanto a ver memes en Instagram que se nos ha olvidado por completo lo que es un monólogo, o una obra de teatro, hemos apartado a l@s dramaturg@s, poetas y poetisas, novelistas, y todo tipo de escritores y escritoras. Se nos ha olvidado que existe algo que se llama “teatro”, ese espacio en el que todo es posible, donde podemos crear, un sitio en el que podemos ser nosotr@s mism@s, un espacio en el que niñ@s, jóvenes, adult@s y abuel@s son bienvenid@s, un lugar en el que podemos compartir emociones con otros seres humanos, donde conseguimos culturizarnos, y un largo etcétera.
Quiero darle las gracias a Josep, por no haber caído en la red, por representar sus obras delante de 2 o de 200 personas, por su pasión, por su creatividad, y por permitirnos a nosotr@s, los y las estudiantes, acercarnos un poco más al mundo del teatro. Gracias por soñar a lo grande y por demostrarnos que es posible vivir de lo que nos gusta. Creo que no ha podido haber una mejor forma de acabar esta serie de entradas.
Ha sido muy gratificante poder hacer mi propia reinterpretación de algunas de las obras más importantes de la historia de la literatura, poder relacionar tramas o detalles con el mundo actual, cosa que me ha permitido ver que no tenemos tantas diferencias con Miguel de Cervantes, o con Voltaire. Ha sido la primera vez que he tenido un interés real en una asignatura, y en parte ha sido gracias a esta actividad, profes’ de historia, podríais tenerlo en cuenta para futuros cursos jeje.
Solo me queda agradecer a Guadalupe, mi profesora de movimientos literarios, el darnos esa libertad de expresarnos a nuestra manera, el respeto que ha mostrado por tod@s y cada un@ de sus alumn@s, el compromiso que ha tenido con nosotr@s y con la asignatura, por llevarnos de viaje a Literaturalandia, despertando nuestro interés por la lectura, y por la escritura, y me consta que no soy la única que opina esto. Gracias, de verdad.
P.D. Con un 9 me conformo jeje.