Muy buenas lectores, ¿cómo estamos? Espero que muuuuy bien.
Vamos a continuar con el teatro barroco, centrándonos en uno de los dramaturgos más importantes de nuestro país, Lope de Vega, y su obra “El castigo sin venganza.” Se trata de una comedia trágica, algo así como cuando hacía exámenes de mates en el instituto; comedia, porque mejor reírse del 2, pero trágico, porque la bronca de mi madre era espectacular.
En esta obra, el Duque de Ferrara pretende casarse con una tal Casandra, pero esta se acaba enamorando del hijo del duque, el Conde Federico. Al enterarse, el duque decide dar muerte a ambos, pero de una forma bastante “gore.”
Puestos en situación, ya podemos empezar a “criticar” este relato.
Me parece oportuno empezar hablando de la honra, tema central de esta historia.
Creo que el principal problema es que había una visión “emborronada” de lo que era la honra. Empezando por la distinción que había de lo considerado “honor” en relación con el sexo; mientras que los hombres lo conseguían mediante méritos militares o políticos, las mujeres lo conseguían manteniendo intacta su virginidad (sin tener en cuenta que, este concepto, es una construcción social, que, como todo, ha sido instaurada, en su mayoría, por la Iglesia).
En “El castigo sin venganza” se demuestra que era más importante mantener intacta la honra que una vida humana, aunque, pensándolo con detenimiento, me doy cuenta de que este concepto estaba “del revés”; si el hijo del duque se ha enamorado de la prometida de este, ¿no es el hijo el que ha “perdido el honor”? No entiendo por qué debería depender de terceras personas, si se supone que es algo propio e individual de cada ser humano, algo que tú ganas haciendo buenas acciones (o lo considerado buenas acciones), por lo que deberías perderlo haciendo el mal, no por culpa de otros, más que nada porque tú no puedes controlar lo que hagan los demás.
Creo que “El castigo sin venganza” es una serie de deshonras, una tras otra, pero no hacia los demás, sino hacia uno mismo; el conde y Casandra se deshonran por no respetar al duque, pero, a su vez, el duque se deshonra por no respetar a Casandra, porque se pasa la vida en burdeles. Al final, el duque mata a ambos, esto quiere decir que, a mis ojos, él es el que más honor ha perdido, porque el hecho de acabar con la vida de una persona ya hace que no seas merecedor de conservar ese honor.
Todos los personajes han sido víctimas de ellos mismos, o mejor dicho, del patriarcado, que les ha hecho creer que la mayor deshonra es ser deshonrado, cuando, en realidad, la mayor deshonra es deshonrar. Deberían dejar de responsabilizarse de lo que haga el resto, y asumir sus propios errores, porque sino, a día de hoy, la especie humana se habría extinguido. Me pongo a pensar que si mi valor como persona dependiera de lo que me hayan hecho terceros, ya no sería humana, no sería nadie, y tú tampoco, o eso decían en el Barroco.
Ya que estamos hablando del patriarcado, quiero decir que me ha asombrado (para mal) la cantidad desorbitada de machismo que se nos muestra en la obra. No me creo que una mujer se sintiera orgullosa de “ser la esclava” de su marido, tal y como repite Casandra varias veces. Volvemos al tema del honor, si ella se enamora de otra persona, “merece morir”, pero si él se va a prostíbulos, ¿no pasa nada?¿nadie dice nada?¿de verdad a la gente de la época esto le parecía bien? Y es que ya no es el hecho de que sea infiel, es el hecho de que la prostitución era bien vista, y lo que es peor, sigue siendo legal a día de hoy; no, no me digas que es ilegal, porque es mentira. Algo ilegal es castigado con una ley (o eso dicen los políticos), y yo, cuando voy por la carretera, sé perfectamente lo que estoy viendo, no me hace falta entrar en el local para saber la cantidad de salvajadas que se cometen allí dentro.
“El burdel”, Van der Kool y un prostíbulo de Madrid, 2023.
Adjunto también un breve artículo que se publicó en el ABC en 2015 sobre este prostíbulo en concreto. Quien sea que lo escribió no pensaba mucho lo que estaba haciendo, he sentido tristeza e impotencia al leerlo. Me parece denigrante la forma en la que habla de algo tan serio como si fuese normal. Recomiendo que lo leas, y que saques tus propias conclusiones al respecto: El prostíbulo «low cost» más grande de España está en Madrid (abc.es)
No hemos avanzado tanto como se cree, la prostitución sigue sin ser castigada, y hay mujeres que siguen siendo las esclavas de sus maridos. Esto va a continuar siendo así hasta que caiga otro meteorito y nos vayamos todos a la tumba, ojalá me equivoque, pero viendo el panorama actual, no tengo mucha fe en la humanidad.
Ya me estoy empezando a poner nerviosa con este tema, así que ahora vamos a relajarnos un poco.
(- Se toma una tila.)
Nos centraremos ahora en una de las cosas que más me gusta de la literatura, la mitología.
Lope de Vega hace numerosas referencias a la mitología griega y romana, por lo que voy a nombrar dos de las que más me han gustado.
Me ha parecido muy bonita la descripción que hace Batín de Casandra (Acto I, 640). Después de compararla con numerosos elementos bellos; “clavellina fresca, naranja en azahar…”, termina describiéndola como Venus, (o Afrodita), la diosa de la belleza, y como Helena, cuya belleza hacía que todos los príncipes y reyes quisieran casarse con ella. Era como la Blanca Suárez de los griegos.
“Helena de Troya”, Evelyn de Morgan.
Yo solo voy a decir que hasta que alguien no me describa así, no pienso casarme.
Me ha gustado también la película que se monta Federico, el conde, en el Acto I (560);
"...Señor Marqués, yo quisiera ser un Júpiter entonces, que, transformándome cerca en aquel ave imperial..."
Se dice que Júpiter es el dios del cielo, padre de los dioses, por lo que su elemento característico es el rayo, y su animal sagrado, el águila. Con esta referencia, Federico quiere decir que salvaría a Casandra bajo cualquier circunstancia, por lo que le gustaría ser Júpiter para así convertirse en águila, para poder vigilarla y tenerla siempre a salvo.
“Cabeza de Júpiter en un clípeo.”, anónimo.
Como estas, hay mil y una referencias mitológicas, pero para que no se haga muy pesado, vamos a pasar a hablar de mi parte favoritisisisima, la filosofía.
Puede que mi obsesión con la filosofía esté haciendo que me monte mi propia obra de teatro en la cabeza, pero no puedo evitarlo.
Leyendo la obra he recordado la Teoría de la inmortalidad del alma, de Platón.
Para no liar mucho el tema, voy a explicar esta teoría de la forma más fácil que sé; Platón afirma que “el cuerpo es una cárcel para el alma.” Al contrario que el cuerpo, el alma es inmortal, y quedará liberada una vez que este muera. Cuando consiga esa libertad, llevará a cabo sus “labores de alma”, que básicamente consisten en llegar al mundo de las ideas y enriquecerse de conocimiento, para posteriormente introducirse en otro cuerpo recién nacido, aportándole el conocimiento de lo universal, esto se denomina Teoría de la transmigración del alma o reencarnación.
“Escuela de Atenas”, Rafael Sanzio. (Detalle: Platón y Aristóteles)
He encontrado la similitud en el Acto 1, 505;
"...Hoy el Duque, mi señor, en dos divide mi ser, que del cuerpo pudo hacer que mi ser primero fuese para que el alma debiese a mi segundo nacer..."
Mi interpretación sobre la Teoría de la Transmigración del Alma o Metempsicosis no es exactamente como Platón nos la explica. Un bebé, después de haber nacido, recibe el alma, y Federico la ha recibido cuando ha conocido a la mujer de la que se ha enamorado, afirmando que ha sido como “un segundo nacimiento”. Digamos que Casandra ha sido una especie de carretera para conducir al alma hasta Federico.
Para terminar, quiero centrarme en algo un poco más académico, y es que me resulta muy ingenioso el describir la comedia en una comedia (Acto 1, 215);
"...que es la comedia un espejo en que el necio, el sabio, (...) retrata nuestras costumbres..."
El duque con esto está diciendo que la comedia es un reflejo de la realidad. Él no es consciente de que es un personaje de una comedia, por lo que interpreto que ve su vida reflejada en alguna otra comedia que esté leyendo o que haya visto representada. Es curioso, porque el lector se da cuenta de que lo que este personaje está diciendo es exactamente lo que está leyendo.
Lope de Vega nos explica en “El arte nuevo de hacer comedias” la nueva fórmula para hacer teatro, y si nos fijamos, todas las características que se nombran, se recogen en “El castigo sin venganza.“
Algunas de las características que hacen que sepamos que se trata de una obra barroca pueden ser: los personajes, que siempre serán tres damas (Casandra, Aurora y Lucrecia), el galán (Conde Federico y Marqués de Gonzaga), el gracioso (Batín), los barbas (Duque de Ferrara), y los personajes más secundarios (guardias, soldados).
Otra novedad es que se centra en una única trama; no hay historias “secundarias”, y además, está dividida en tres jornadas (actos) y no en cuatro, como se hacía en el teatro clásico. Resulta interesante como cambia el lenguaje dependiendo del personaje que habla, vemos que el duque no se expresa de la misma manera que Batín; esto se hacía para lograr una mejor interacción con el público.
Además de todo lo nombrado anteriormente, cabe destacar el hecho de que el teatro se escribía en verso. A mí, personalmente, me gusta más leer teatro en verso, creo que al no ser párrafos “súper largos” se me hace más fácil entender lo que quieren decir los personajes. Pero bueno, para gustos, textos.
De todos los textos que he comentado, este ha sido, con diferencia, el que más me ha gustado. No sé si es por qué mi personalidad es un poco barroca, pero ha sido la primera vez en mucho tiempo que el final de una obra teatral me ha hecho llorar, y creo que eso es lo mejor que puede darnos la literatura.
Gracias, Lope, por hacerme sentir tanto, y por haber dado un giro de 180 grados al teatro, que falta le hacía.
¡¡Me encanta!! No puedo decir otra cosa.
Tu forma tan personal de interpretar las obras, es una obra de arte en sí misma.
Sigue escribiendo…🤩
Muchas gracias.
Al final cada uno interpreta las obras a su manera, y eso es lo que pretendo, que el lector saque sus propias ideas.