
Bonjour beau.
Os pido por favor que guardéis silencio, porque se vienen cositas importantes; démosle una calurosa bienvenida a François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, filósofo y escritor francés, fiel defensor del movimiento ilustrado. Hoy nos centraremos en una de sus obras más importantes, “Cándido o El Optimismo.”
El breve resumencillo es que un chaval, Cándido, ha sido expulsado de su casita; de casita nada, yo también quiero un castillo, y se va por ahí de viaje, donde se da cuenta de la mi*rda de mundo en el que vive, haciendo que se cuestione el optimismo filosófico que le ha inculcado su maestro, Pangloss.

Vamos a comenzar hablando de la crítica de Voltaire a la teoría de Leibniz. Vale, pero, ¿quién es este tío con nombre de marca de coche? Pues un señor alemán (obviamente) que decía que “vivimos en el mejor de los mundos posibles”; a ver, no te me alteres, que esto tiene una explicación (coherente o incoherente es otro tema). Para el señor alemán, Dios, un ser perfecto, ha creado el mundo siguiendo las leyes de las matemáticas, que también son perfectas, por lo que, cuando Leibniz se refiere a nuestro mundo como “el mejor”, lo hace desde una perspectiva matemática, y no moral; me acabo de buguear yo sola; si tú sigues con la cabeza en la Tierra, y te interesa el tema, te recomiendo “Teodicea”, obra en la que se desarrolla esta idea.
Podemos ver esta crítica desde el momento en el que Cándido sale del castillo de Westfalia, y comienza a ver como es el mundo en realidad, conociendo la guerra, la esclavitud o el enfrentamiento entre religiones.
Leyendo el libro, relacioné la expulsión del protagonista con la “expulsión” que sufren los adolescentes al cumplir los 18; Cándido vive en su mundo maravilloso de luz y color, y, de repente, SORPRESAAA!!, welcome to the world, baby. Esto me pasó a mí cuando cumplí los 18; a ver, ¿tú de verdad crees que al día siguiente de haber pasado la barrera de la adolescencia yo ya sabré controlar las cuentas del banco, llamar al técnico porque no funciona el lavavajillas o gastar de forma racional el dinero? No espera, eso es muy complicado, hasta los 19 nada; con 18 lo que se lleva es haber salvado a 5 personas con mis poderes sobrenaturales, haber descubierto un nuevo planeta o haber construido una máquina del tiempo que me lleve hasta la Prehistoria, ida y vuelta. Eso sí, mucho mejor.
Ahora en serio, ¿qué necesidad? A Cándido le obligaron a madurar de golpe, y a nosotr@s también; que no, que no voy a ser más eficiente, que no voy a ser más ordenada que ayer, que no voy a dejar de ser sensible por el hecho de que en mi DNI ponga que debo ser una máquina con patitas a partir de una determinada edad.
Pido que, vosotr@s, los grandes adultos que habéis vivido taaaaanto, nos ayudéis, ¿o es que no sabéis enseñar aquello que consideráis que tenéis taaaan interiorizado? No sé, ¿un vinito? Yo invito.
Hablemos ahora del libre albedrío. Como hemos podido ver, esta idea está presente a lo largo de toda la obra, okeyy, pero, ¿qué es el libre albedrío? Una gilipollez. Perdón.
Como no es suficiente lioso el tema, vamos a meter también a Agustín de Hipona, filósofo cristiano que defendía a capa y espada la idea de que Dios ha dado a los seres humanos el don del libre albedrío, es decir, la capacidad para elegir el bien pudiendo elegir el mal; si optamos por lo primero, podremos acercarnos a Dios, en su defecto, seremos castigados.

“Tríptico, El jardín de las delicias”, el Bosco.
Vamos a analizar esto, porque es intenso; resulta que Leibniz dice que todo es perfecto porque Dios lo ha creado, y por definición, lo perfecto está ordenado o preestablecido, por lo tanto, está negando el libre albedrío, ya que, en realidad, no podemos elegir, pues todo sigue el plan establecido de Dios.
Lo más gracioso es que, el maestro de Cándido, afirma que ese don taaan maravilloso que nos ha dado el señor invisible, se encuentra “dentro” del mundo perfecto, como si fuese una parte más de este, por lo que el determinismo no impide que el ser humano tome sus propias decisiones; podemos ver esto, por ejemplo, cuando los búlgaros cogen a Cándido como prisionero, dándole a elegir entre la muerte o un castigo atroz.
Voltaire pretendía burlarse del pensamiento de Cándido, impuesto por Pangloss, demostrando que, en realidad, no es libre, ya que depende de lo que otros quieran para él.
En este 1 VS 1, en este San Agustín VS Leibniz, me doy cuenta de que ninguno de los dos es capaz de dar una explicación clara y coherente para sus respectivas teorías; San Agustín se respalda en la Fe, y Leibniz decide obviar la existencia del mal, o sea, imagínate como estaría la cabeza de Pangloss para ser capaz de unirles a los dos. ME EXPLOTA EL COCOOO!!!
Ole ole los caracoles, que hay religión por aquí, me encanta. Creo que ya nos hemos dado cuenta de que Voltaire critica continuamente los actos atroces que se han cometido en nombre de Dios; Sócrates, Juana de Arco, William Tyndale, Hipatia de Alejandría, Jan Hus, Miguel Servet, entre otr@s much@s, fueron víctimas del sistema, condenad@s por pensar y por defender sus creencias. Condenad@s por el miedo que tenía la Inquisición; miedo a que la sociedad abriera los ojos, miedo a perder su poder, miedo a lo desconocido, al conocimiento, a la diferencia. Por su complejo de inferioridad y su miedo, miles de hombres y mujeres que cambiaron el mundo fueron ejecutad@s.
Ya sabemos lo que opino de la Iglesia, de la Inquisición y de los Textos Sagrados, así que no voy a enrollarme más. Deberías darme las gracias jeje.
Quiero hacer hincapié en un tema del que no he hablado hasta ahora (o puede que sí, la verdad es que no me acuerdo XD), la esclavitud. Aparece cuando los personajes pasan por Surinam, y se encuentran con un esclavo negro, al que le falta una mano y una pierna, este afirma que ha sido su amo quien le ha dejado en ese estado, afirmando que “eso es lo normal, el precio del azúcar que se come en Europa”.
Lo increíble de esto es que no se trataba de un caso aislado, sino que era lo habitual, a pesar de que, en esta época, existiera el “Código Negro”, ley que regulaba el trato que se le daba a los esclavos; voy a dejar una breve explicación sobre lo qué era el Código Negro, que recomiendo que leas si no estás familiarizad@ con este tema: El Código Negro de Luis XIV (elobrero.es)

“Mercado de esclavos”, Salvador Dalí.
Creo que la esclavitud no ha desaparecido, sino que, a día de hoy, se ejerce de forma diferente; qué maravillosa es la evolución!! En lugar de erradicar la esclavitud, se ejerce acorde a las necesidades de los “amos.”
Creo que somos esclav@s de las redes sociales, nuestros cerebros están absorbidos por vidas más falsas que verdaderas, por estereotipos absurdos, que solo han generado inseguridades. Somos esclav@s de la telebasura, donde se valora más “echar un polvo” delante de 80.000 personas que escribir un libro. Somos esclav@s de l@s polític@s, de aquello que llaman “democracia”; mi sueldo depende de un señor que no conozco, un señor que solo he visto en televisión. Somos esclav@s de nosotr@s mism@s, de nuestra necesidad de validación, esclav@s del tierno rebaño de ovejas blancas lideradas por el lobo. Siempre fui la oveja negra a ojos del resto, y, viendo el panorama, prefiero quedarme donde estoy.
Sorprendentemente para mí, no he discutido la postura del escritor; no, no, no son favoritismos por ser filósofo, o tal vez sí, jiji. El tema es que no puedo creerme que vivamos en “los mundos de yupi”, como afirma Leibniz, ni siquiera viéndolo desde una perspectiva matemática… ¿Qué? Mi cerebro no ve nada perfecto en las ciencias, o sea, que no me sirve, lo siento Leibniz, creo que la filosofía y las mates’ no son tan compatibles como te hubiera gustado.
Que bonito es compartir opiniones con escritores del siglo XVII; a pesar de todo, había personas que sí se salían de la norma, y que sí se atrevían a criticar aquello que no les cuadraba. Gracias, Voltaire, por demostrarme que no tod@s estabais hech@s del mismo material. Me hubiera gustado tener una conversación contigo, aunque soy un pelín mala con los idiomas. Espero que tu obra siga siendo un referente de la literatura europea en las generaciones futuras. Ha sido un placer leerte.
Buah, buah, buah….me encanta!!!!!
Pero no estoy de acuerdo con que a las personas se las expulse de ningún sitio cuando cumplen los 18 años. Más bien es la idea que se hacen los adolescentes de cuando cumplan los 18 años. Frases como, “yo cuando tenga 18 ….”, están en las conversaciones de todo adolescente. Es una creencia universal el pensar que cuando llega la mayoría de edad se está preparado/a para cualquier cosa. Y, no es verdad, todavía queda un gran camino de aprendizaje que recorrer….; en realidad, la vida es un aprendizaje constante.
Totalmente de acuerdo contigo en la idea de que la evolución nos ha mentido dentro de un bucle que bien puede llamarse “esclavitud moderna” o “esclavitud ejercida en función de las necesidades de los de arriba”. ¡¡¡Triste pero cierto!!!…redes sociales, telebasura, anuncios, noticias falsas…con los que nos manipulan y consumismo desmesurado…💣
Sigue escribiendo …!!!!
Me ha gustado mucho, especialmente 2 ideas principales:
Por un lado, la conexión existente entre el mundo perfecto de Leibniz, aunque sea matemáticamente hablando, chocando frontalmente con la idea del libre albedrio de los humanos. En sí me resulta una paradoja maravillosamente armoniosa y en la que todos tenemos cabida y siempre con algo que aportar.
Por otro lado, el tema de la esclavitud, traído muy oportunamente hasta nuestros días. Tristemente es una lacra que nunca pasa de moda y en la que todos, de alguna manera, nos sentimos reflejados. ¿o es que hay alguien que no se sienta esclavo o atado de algo o alguien? Sinceramente creo que no.
Sigue así, tienes puntos de vista interesantes.